Ya comenzando a diseñar este trabajo articulado, Alejandro Andersen, coordinador de la Red Puentes, comentó que “esto empezó hace dos o tres meses, a partir de la convocatoria de la Secretaría de Desarrollo Humano a las instituciones de bien público que trabajamos con la problemática y, a partir de ahí, estamos avanzando en un camino que recién comienza, que tiene que ver con la vinculación con distintas instituciones u organismos que atraviesan esta problemática desde distintos ámbitos, ya sea desde la justicia, desde la salud o desde el propio Estado”.

“Lo importante para nosotros tiene que ver con una visibilidad que, en lo cotidiano, no alcanza a verse; por un lado de la problemática, que cada vez atraviesa a mayor cantidad de población, a partir de las especiales circunstancias que atraviesa el país todo; y avanzar sobre un terreno donde se vea a esta problemática como un problema de salud, sobre todo”, ya que, “a veces, se reduce a una cuestión policial, cuando lo que estamos tratando acá es un problema integral, que debe ser atendido correspondientemente y, además, encontrar las respuestas necesarias”, sintetizó el profesor e investigador local.

En cuanto al abordaje primario desde la entidad, Andersen comentó que “en Red Puentes la cuestión específica de los consumos problemáticos se atiende con profesionales y con una inserción a la tarea comunitaria, ya sea a través de talleres socioculturales o sociolaborales; haciendo hincapié en la terminalidad de la educación primaria y secundaria e, incluso, poniendo el foco en la cuestión alimenticia. El abordaje es completamente integral, familiar y comunitario, por lo cual las cuestiones de prevención empiezan desde muy temprano y desde cuestiones más básicas”, determinó.

Por su parte, Bautista Buño, titular de El Samaritano, también valoró la importancia de este llamado por parte del municipio. “Acá estamos todos los que trabajamos con esta problemática y es muy importante el encuentro, porque muchas veces nosotros hacemos el trabajo con amor y con todas las ganas, pero está bueno saber que no estamos solos, que podemos derivar casos a otra institución. Trabajar juntos nos nutre mucho”, explicó.

Sobre las adicciones, “es una problemática que crece cada vez más y se está normalizando el consumo”, afirmó uno de los coordinadores del Centro Integral de Prevención y Asistencia, revelando al respecto que “a nosotros nos toca atender la otra parte, a la gente que se ve muy afectada o que necesita ayuda, porque si bien para mucha gente el consumo no es un problema hay mucha gente a la que termina haciéndole daño”

“Muchas veces trabajamos con gente que no tiene oportunidades, que viene de historias y de familias complicadas, de muchos años intentando y no pudiendo o no encontrando solución. Uno tiene que estar ahí para dar respuesta y tratar de ayudar, porque solo asistiendo y acompañando muchas veces no alcanza”, remarcó Buño.

Apoyando este concepto, Andersen aportó que, “como instituciones intermedias, los recurso que tenemos son muy limitados. Tenemos recursos humanos, de gente que quiere ayudar y se acerca para colaborar con esta tarea”, aunque la problemática “va tomando mayor dimensión, sobre todo en los sectores sociales de bajos recursos que no tienen los medios para recurrir individualmente a tratar su afección de salud”, por lo que esta vinculación que impulsa el municipio es muy importante para avanzar en su correspondiente tratamiento.